lunes, 18 de agosto de 2014

Diario de Garfield



No se pueden imaginar lo difícil que es ser Garfield , todos los días tengo que hacer lo mismo para ir a desayunar, levantarme , ¿Os lo podéis creer? me tengo que levantar siempre que quiera comer , orinar ... Deseo con todas mis fuerzas el momento en el que los robots sean capaces de hacer que entre comida en mi boca sin realizar ni un solo movimiento . Pero eso es solo un sueño , y los sueños sueños son. Vamos a hablar de la realidad , que para cuentos ya está el de Shin Chan.
Esta mañana , antes de abrir los ojos , notaba una brisa con olor a alga podrida , exacto , siete cagadas de rinoceronte enfermo , dos botellas de amoniaco , seis litros de lejía y el cadáver de un elefante , todo eso en un solo olor , y cuando abro los ojos , TACHAAAAAAAN , me encuentro la cabeza del ser vivo más idiota del que tengo constancia , el asqueroso y repugnante saco de pulgas que vive bajo el mismo techo que yo. Tras varios intentos de intentar envenenarlo con mataratas , el asqueroso sigue vivo , no lo entiendo , es como si le estuviese dando superpoderes. Bueno , dejemos de hablar de pulgas gigantes y hablemos de comida. He desayunado atún , cuatro lonchas de bacon , un plato de lasaña y unos donuts , mi desayuno estándar. Conforme pasaba el tiempo , notaba una ligera presión sobre mi estomago , era una sensación rara , notaba como iba bajando y cuando supe que era un pedo y que estaba rodeado de los amigos de mi dueño y el perro , no dudé en dejarlo salir. Enseguida todos se preguntaban que qué era eso que olía tan mal , yo estaba riéndome lo que no estaba escrito hasta que me quedé durmiendo en la mesa del comedor
Cuando me desperté de esa siesta de seis horas y media , era ya casi de noche y todos se estaban preparando para dormir , mi dueño , ese que se cree que soy corredor de maratones , no paraba de lanzarme una pelotita vieja que parece que sus ancestros la usaban de papel higiénico y tras varias miradas de asesino , comprendió que podía lanzar la pelota mil millones de veces ,  no iba a ir a por ella.
Después de todo esto , de sacarme unas cuantas pelotillas del ombligo , y de cenar siete lomos de cerdo y una empanada gigante , me fui a dormir con mi osos de peluche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario